A las transformaciones sistémicas del capitalismo global de los últimos veinte años se le suman los procesos de cambio que en América Latina propusieron los gobiernos denominados progresistas. Estos dos factores generaron cambios diversos que han impactado en la estructura económico y social que exige a movimientos políticos y sociales pensar de nuevo para avanzar hacia un nuevo momento de desarrollo sustentable en la región.