Las sociedades por acciones
simplificadas (SAS) buscaron ser
una herramienta para disminuir
la informalidad en unidades
productivas en la Argentina.
Esta forma societaria se ha
convertido en uno de los
vehículos legales preferidos para
la criminalidad económica. La
investigación identifica y detalla
las distintas maniobras abusivas.
Urge abordar reformas
normativas para evitar que la
simplificación de procedimientos
se convierta en un vehículo para
el fraude. Una estructura para
verdaderos emprendedores debe
guiar la construcción de
regulaciones y procedimientos
que resulten eficientes
y eficaces.