El desendeudamiento de los Estados como cuestión de poder global
Un análisis político-económico
Jürgen Kaiser
La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (ISSD), creada por el Grupo de los 20 (G-20) para superar la crisis de deuda pública generada por la pandemia de covid-19, no permitirá a los países afectados reactivar sus economías.
La ISSD no corrige el desequilibrio fundamental de poder entre deudores y acreedores, sino que tiende a mantenerlo. Ante la oposición de poderosos actores situados entre estos últimos, no es posible lograr la necesaria reducción de las deudas.
A diferencia de la iniciativa para los países pobres altamente endeudados (HIPC) propuesta por el G-8, el G-20 no está en condiciones de establecer un consenso en favor de la quita. Dentro de este grupo hay demasiados intereses contrapuestos.