Tanto los salarios en el contexto de la pandemia de la COVI D-19 como sus efectos económicos parten de una realidad que viene afectando la capacidad de compra de los/as trabajadores/as mucho antes de que hiciera emersión este fenómeno sanitario. En el caso de la República Dominicana, los bajos salarios, y aquí se incluye los salarios mínimos, son la panacea para el logro de objetivos de una supuesta competitividad empresarial; Esto es parte del mainstream del discurso de líderes de los gremios empresariales, que definen "competitividad" desde el punto de vista de la fiscalidad (reducción de impuestos y creación de incentivos fiscales); y, sobre todo, desde el plano de lo que eufemísticamente llaman "flexibilización de los mercados laborales", que implica liberar a las empresas del compromiso del costo del despido (cesantía) y a desatarlas de las marras de los salarios mínimos que imponen las leyes laborales.
Publikationen der Stiftung → Una economía de bajos salarios
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