La precariedad salarial es la raíz de una movilidad social limitada y de una desigualdad de ingresos que no ceja. A pesar del dircurso de resiliencia económica, del crecimiento sostenido y del milagro económico caribeño, los/as trabajadores/as dominicanos/as no se percatan a través de sus salarios de lo que el relato económico tecnocrático da como un hecho.
Una política salarial -para ser efectiva- no debe afincarse en un crecimiento contuntural de los salarios mínimos; por lo que se plantea en este documento, que su funcionalidad radica en la permanencia de un sostenido crecimiento de salarios hasta el punto en que no haya un/a dominicano/a que por bajar sus salarios no pueda cubrir sus necesidades perentorias.