Tener una menstruación digna es imposible mientras no se reivindique el tabú alrededor de ella. Dicho tabú es una manera más en la que el patriarcado oprime
y controla el cuerpo de las personas menstruantes. La menstruación ha sido estigmatizada, silenciada e ignorada, obligando a muchas personas menstruantes a tenerla
desde la invisibilización y la vergüenza. Por lo tanto, el discurso higienista que se mantiene al hablar de menstruación es una forma más de colonizar y oprimir
el cuerpo de las personas menstruantes. El presente documento recoge criterios de activistas feministas para que, mediante una construcción colectiva,
se nutra el debate político.