Las investigaciones sobre género evidencian un conjunto de limitaciones que aún impiden, por diferentes vías, que las mujeres rurales disfruten de las oportunidades al igual que los hombres, para alcanzar su autonomía económica con acceso a los recursos y beneficios. La familia rural y, sobre todo, la asociada cooperativa, mantiene disposiciones de profunda construcción androcéntrica, donde las mujeres son importantes, pero en función de los hombres, ya sea del padre, es esposo, el hermano, quienes continúan siendo considerados como proveedores. Este artículo sistematiza los resultados de un análisis prospectivo del comportamiento de las desigualdades que sobre vivienda, háitad y salud afectan a las mujeres rurales en Cuba.