Mujeres, trabajadores y migrantes son quienes más sufren las consecuencias sociales, políticas y económicas de la pandemia. Esta crisis puede ser aprovechada para repensar una construcción de sociedades sostenibles, justas y democráticas. Para esto es imprescindible hacer foco en recuperar la soberanía de la política sobre las reglas del capital, teniendo en cuenta la ecodependencia humana de la naturaleza, y con una mirada desde el progresismo social.