La crisis en Ucrania debe ser analizada como un proceso, y no simplemente a partir de las relaciones entre los actores involucrados en el conflicto, si se desea contar con un diagnóstico más preciso de la situación actual y más amplio al momento de considerar tendencias.
Se trata de un conflicto de naturaleza intraestatal pero también interestatal en el que el factor geopolítico resulta clave. Esto no significa el regreso de la geopolítica porque la disciplina nunca se fue: ni cuando desapareció la pugna entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética, ni durante el régimen de la globalización ni en tiempos de la hegemonía estadounidense posterior al 11-S.
La anexión de Crimea por parte de Rusia dejó en evidencia las contradicciones existentes en los países de América Latina y puso a prueba sin éxito la capacidad real de complementación de los gobiernos.