La arquitectura monetaria y financiera internacional ha experimentado importantes reformas en años recientes, pero aún subsisten profundas limitaciones. Las principales falencias conciernen a los flujos transfronterizos, el manejo de las crisis de deudas soberanas, la coordinación macroeconómica, la reforma monetaria y las reformas en la gobernabilidad del sistema.
La reforma institucional del sistema monetario internacional debe involucrar tres elementos: la creación de una organización cúpula más representativa que el G-20, una participación más amplia de los países en desarrollo en las instituciones de Bretton Woods y en el Consejo de Estabilidad Financiera, y el diseño de una arquitectura financiera de múltiples niveles, con participación activa de instituciones regionales y subregionales.