La Fundación Friedrich Ebert no fue el motor del intercambio entre las dos tradiciones de las que se habla en este libro, democracia e izquierda. La FES no diseñó los términos del nuevo pacto democrático del país, que ha permitido que éste viva en libertad por el plazo récord de más de tres décadas (gracias justamente a que la izquierda decidió adherirse al mismo). No es, ni nunca ha sido, pretensión de la FES sustituir y tampoco interferir en los procesos políticos a los que acude en calidad de promotora de la investigación social y la difusión de ideas democráticas y progresistas. Sin embargo, no resulta exagerado afirmar que la FES ha sido y es uno de los dos o tres espacios más importantes en que aquel intercambio y ese diseño se produjeron. Un espacio de encuentro entre los principales actores políticos. Un espacio de discusión, una plataforma de presentación de ideas y, en esa medida, y a través de los libros y
publicaciones que testimonian el debate que acogió, un espectacular medio de observación de los procesos políticos y la historia misma del país durante todo este tiempo.