El proceso inflacionario venezolano ha ido mutando a lo largo de los últimos 40 años. En un principio, las primeras perturbaciones petroleras impulsaron desmesuradamente el gasto público y la liquidez monetaria, lo que aceleró la inflación. Posteriormente, la volatilidad del mercado petrolero afectó al sistema cambiario, que no pudo adaptarse a las nuevas condiciones del mercado, haciendo que los efectos inflacionarios no tardaran en llegar.
Si bien el proceso inflacionario actual está asociado a causas monetarias, fiscales y cambiarias, se han agregado componentes como las políticas de fuerte control sobre el sector privado no petrolero que derivaron en un notable proceso de desindustrialización y que ha limitado la oferta interna de bienes. Esto, a su vez, ha derivado en un cambio en la concepción de las relaciones Estado-Mercado.
El primer y gran paso para comenzar a resolver el problema inflacionario venezolano entre otros problemas económicos- empieza por la reorganización del flujo de divisas de PDVSA, donde el uso de los ingresos petroleros sea transparente y no existan mecanismos para que el ejecutivo nacional haga uso discrecional de estos recursos.