En el marco de los complejos procesos de globalización, los cuales alteran y modulan de nuevas y diversas maneras las interacciones y los procesos a escala local, nacional, regional y

global, es necesario avanzar hacia mecanismos que permitan construir sociedades inclusivas, democráticas y solidarias. Esto solo es posible a través de una nueva economía que anteponga

el bienestar común antes que la productividad.

Para la región centroamericana, el gran reto es consolidar una verdadera integración regional, que más allá de reducirse a procesos de coordinación interinstitucionales, escuchen, incluyan y empoderen a la sociedad civil, de manera que se logre una verdadera integración de los pueblos, antes que meros espacios para la interacción gubernamental.