Las elecciones primarias del 12 de marzo de 2017, en las que participaron el Partido Nacional, el Partido Liberal y el Partido Libertad y Refundación, evidenciaron la baja calidad democrática de los procesos electorales hondureños.
Los partidos políticos y la institucionalidad estatal son incapaces de garantizar el respeto a la voluntad electoral de los ciudadanos y las irregularidades estuvieron a la orden del día. A medida que se fueron conociendo los resultados de cada uno de los partidos políticos, proliferaron las denuncias de alteración de los resultados y de todo tipo de fraude.
La situación obliga a pensar más allá de las elecciones generales de noviembre de 2017 y el presente documento pretende aportar elementos de propuesta para construir una plataforma social y política para el impulso de reformas electorales más democráticas y sustantivas de cara a nuevos procesos electorales.