En El Salvador, las perspectivas de la disponibilidad de agua constituyen uno de los principales desafíos que la nación habrá de enfrentar en el mediano plazo, además de representar ya en el corto plazo una amenaza importante para el bienestar de la población y el desarrollo económico y social.
El Plan Nacional de Gestión Integrada del Recurso Hídrico es una de las apuestas del actual gobierno para resolver la crisis de escasez de agua a nivel nacional. Sin embargo, su enfoque es predominantemente extractivo, considerando al recurso como un bien infinito que debe ser utilizado para la satisfacción de la demanda sin considerar los impactos de su extracción ni las medidas efectivas para su conservación y sustentabilidad.
A fin de asegurar la disponibilidad de agua y revertir la degradación del recurso hídrico es necesario ejecutar acciones efectivas a corto, mediano y largo plazo, que incluyan la recuperación y protección de las zonas de recarga acuífera, el manejo integrado de cuencas hidrográficas, la aplicación de planes de ordenamiento territorial y educación ambiental para todos los sectores, entre otras medidas.